El líquido linfático, la linfa, suministra nutrientes a las células y recoge los desechos celulares y las partículas extrañas.
Al pasar por los ganglios, se “lavan” los desechos, y el plasma purificado se devuelve, a través del corazón, de regreso al torrente sanguíneo.
Sin embargo, el sistema linfático no cuenta con un mecanismo impulsor propio. Depende de las contracciones musculares para bombear su red de vasos. Si los músculos están inactivos, el líquido sin filtrar, se estanca en los vasos y ganglios, debilitando las defensas contra las enfermedades.
El masaje y el drenaje linfático manual son vitales para la salud, porque trabajan los músculos y drenan los ganglios linfáticos.
Es la única manera que tenemos los que vivimos de forma sedentaria, a parte del ejercicio físico, para mantener el flujo adecuado del sistema linfático.
Sistema linfático |
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